sábado, 28 de abril de 2012

viernes, 27 de abril de 2012

Homenaje a Rafael Alberti

Ayer por la tarde se celebró el homenaje al poeta Rafael Alberti.

Muchos alumnos y padres de nuestro cole quisieron leernos unos versos del poeta homenajeado, como por ejemplo Adriana y Nati o Hugo y Pilar.




La niña que se va al mar

¡Qué blanca lleva la falda
la niña que se va al mar!

¡Ay niña, no te la manche
la tinta del calamar!

¡Qué blancas tus manos, niña,
que te vas sin suspirar!

¡Ay niña, no te las manche
la tinta del calamar!

¡Qué blanco tu corazón
y qué blanco tu mirar!

¡Ay niña, no te los manche
la tinta del calamar!





La nana de la tortuga

Verde, lenta, la tortuga.

¡Ya se comió el perejil,
la hojita de la lechuga!

¡Al agua, que el baño está
rebosando!
¡Al agua,
pato!

Y sí que nos gusta a mí
y al niño ver la tortuga
tontita y sola nadando.


Y aprovechando la gran afluencia de público, proyectamos el trabajo que con tanta ilusión preparamos los tutores del Primer Ciclo de Primaria. Esperamos que os gustara mucho y que disfrutéis viéndolo y enseñándoselo a vuestros familiares y amigos más queridos.




Pulsa aquí para verlo

El punto y final a la velada lo puso Vicente interpretando con la guitarra "¡A galopar!

Espero vuestros comentarios, no seáis perezosos.

¡Hasta la próxima!

jueves, 26 de abril de 2012

Jueves 26, Semana Cultural

Esta tarde a las 20:00h se celebrará en nuestro Cole el homenaje al poeta Rafael Alberti.



El homenaje será llevado a cabo por padres, alumnos y maestros del centro recitando los versos más famosos  del poeta,  además de con un montaje audiovisual de los alumnos de primer ciclo (1º, 2ºA y 2ºB) que no podéis perderos.

Al final del acto compartiremos un típico pan calentico con aceite.

miércoles, 25 de abril de 2012

Vamos de compras con unos céntimos

Y este juego también va a ayudarnos a soltarnos con los céntimos, es más sencillo que el anterior, pero ofrece menos variedad de situaciones.


A ver si conseguimos comprar estos productos con los céntimos que llevamos en el bolsillo


Jugamos con los euros

¿Vamos de compras?

Hoy hemos hecho una toma de contacto con los céntimos de euro.

Después de preparar nuestros monederos hemos practicado para poner la cantidad exacta para comprar determinadas cosas.











Cada vez aprendemos cosas más difíciles, y aunque al principio nos liemos un poco, esto lo dominamos enseguida, igual que el reloj, ¿a que si?

Espero que este juego os ayude, aunque no hay nada mejor que fijarse bien al comprar el pan, las chuches... y ayudar a los papás a pagar con las monedas adecuadas.




Debajo del dibujo del artículo nos aparece su precio. Tenemos que elegir las monedas que necesitamos para comprarlo haciendo clic sobre ellas para que aparezcan en el rectángulo blanco de la parte superior. Cuando ya tengamos el importe exacto, pulsamos
o si nos hemos equivocado y queremos quitar alguna moneda le damos a
Para seguir jugando a comprar más artículos, pulsamos


Mañana tendremos un supermercado montado en clase, ¡estoy deseando abrir sus puertas y venderlo todo!


¡Hasta mañana!

El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza

Esta mañana los compañeros de 6ºA nos han representado dos teatros de sombras, el primero un cuento muy bonito sobre la luz que hay dentro de cada uno de nosotros




y después el cuento "El topo que quería saber quién le había hecho eso en la cabeza"


Esta es la canción del cuento.





¡Bravo, viva la Semana Cultural del Giner!

Miércoles25, Semana Cultural

Esta tarde a las 20:00h se ofrecerá en el Cole una charla muy interesante con el tema "Peligros de internet" a cargo de miembros del Cuerpo Nacional de Policía.



martes, 24 de abril de 2012

¿Qué has hecho con la fantasía? (capítulo 7)




Olivia se abalanzó hacia la cama lo más rápido que pudo, pero no le dio tiempo a meterse en ella antes de que el duende se diera cuenta de que en esa cama no había nadie.

- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah, ¿dónde se ha ido esta niña? – gritó sorprendido el duende.

Al darse la vuelta se encontró con Olivia, que por más que lo intentaba no conseguía ver ni oír al duende, y con la Abuela, que le miraba con cara de pocos amigos.

- Eh, esto… ¿qué está pasando aquí?

Rápidamente la Abuela se abalanzó hacia él y le agarró de los hombros.

- Eso mismo nos gustaría saber a nosotras. ¡Robaste la fantasía de Olivia y queremos que nos la devuelvas!

- Sí, eso digo yo: no sé dónde estás ni como eres, pero quiero mi fantasía de vuelta – gritó Olivia sin saber muy bien hacia donde dirigirse.

- Peeeeeeeeeeeero…si yo no he robado nada: ella me la dio voluntariamente. Solo hice mi trabajo: ¡Suéltame!

- No, hasta que nos digas dónde está la fantasía de Olivia.

El duende puso cara de fastidio y se rascó la nariz preocupado.

- Tenéis que creerme: yo ya no tengo su fantasía.

- ¿Y quién la tiene entonces?

- Pues…bueno…lo cierto es que yo…

- ¿Qué has hecho con ella?

- La vendí – exclamó avergonzado el duende –. La verdad, no era una fantasía muy interesante que se diga, se nota que era una fantasía de persona poco leída…pero me la compró un escritor desesperado.

La Abuela puso los ojos en blanco y su cara se volvió más y más roja. Olivia se dio cuenta de que estaba realmente enfadada y por un momento temió por la vida del duende.

- ¡Maldito duende! ¿Quién era ese escritor al que se la vendiste?

- Pues, pues – el duende tenía tanto miedo que le castañeaban los dientes – no lo sé. ¡Todos los escritores me parecen iguales! Son gafotas, ensimismados, raritos y exagerados. Además, seguro ese escritor ya la ha gastado toda y si es así ya no puede hacerse nada…

- ¿¿¡Cómo!?? ¿Quieres decir que es IMPOSIBLE recuperar la fantasía de mi nieta?

- La fantasía que me llevé sí, porque al utilizarla, se agota. Pero hay una forma de conseguir una fantasía nueva…

- ¡No te atreverás a decir que robándosela a otro niño?

- No, claro que no. Además, te recuerdo que yo no robé nada: Olivia me la dio voluntariamente.

- Entonces, ¿cómo la vamos a conseguir?

El duende carraspeó haciéndose el interesante.

- Si quieres saberlo tendrás que soltarme primero.

- Ya, para que desaparezcas de nuevo…

- Tendrás que confíar en mí, porque no pienso hablar hasta que me sueltes.

La Abuela se quedó pensativa durante un rato y finalmente accedió a soltar al duende, que lanzó un profundo suspiro cuando se vio libre al fin.

- Vale, tal y como yo lo veo, lo que tenemos que hacer para que Olivia recupere su fantasía es…

Martes 24, Semana Cultural

Esta tarde a las 19:00h se realizará el Taller de Risoterapia a cargo de Rocío Val.


lunes, 23 de abril de 2012

Musical "El Rey León"

El sábado tuvimos la suerte de poder ver el estreno de el musical "EL REY LEÓN".




Padres, madres, alumnos y profesores nos quedamos con la boca abierta ante tal despliegue de talento.

Enhorabuena a Fini y Pascuali por el gran esfuerzo que han realizado para organizar bailes, decorados, vestuario, mquillaje...y por supuesto a todos los jóvenes artistas.
Hoy lunes lo han vuelto a interpretar para todos los alumnos del colegio Giner de los Ríos, y pronto empezarán la gira por otros coles de Yecla y en alguna que otra festividad local.

Aquí dejo algunas imágenes del primer pase del musical.


                       




                       


                       


                      


Y aqui me quedé sin pilas...cosas del directo.

Si alguien quiere mandarme sus fotos o vídeos para que lo publique, ¡adelante! me encantaría.
Ya sabéis nuestra dirección de correo: lospitufosdelgineryecla@gmail.com

¡Hasta mañana!

viernes, 20 de abril de 2012

Calentando motores... ¡EMPIEZA LA SEMANA CULTURAL!

La SEMANA CULTURAL DEL GINER DE LOS RÍOS está a punto de comenzar.

Mañana sábado 21 de abril tendremos la tradicional JORNADA DE CONVIVENCIA que incluye:
  - Gymkhana a las 11h
  - Exhibición de kárate a las 13:30h
  - Comida colectiva a partir de las 14h.
  - Representación del musical "El Rey León" por los alumnos y alumnas del taller de baile del cole dirigidos por Fini Pérez y Pascuali Ortega

Para ir abriendo boca, aquí os dejo el fantástico musical de Peter Pan que realizaron nuestros alumnos para la anterior Semana Cultural



Y algunas fotos también del año pasado






Espero que acudáis todos a pasar este día tan divertido en compañía de vuestros familiares y compañeros de Cole.

¡Nos vemos mañana!

miércoles, 18 de abril de 2012

¿Jugamos? ¡Vale!

En clase seguimos practicando las frases exclamativas y las interrogativas.







                             

Tejemos lana con los dedos

Ayer nos enfrentamos a un reto en estudio... ¿aprendemos a tejer con las manos? ¡Si!
Fue muy divertido y lo pillamos enseguida.








¿Habéis visto que pulseras tan molonas?

Problemas para estrujarnos el cerebro

domingo, 15 de abril de 2012

Ruidos en la noche (capítulo 6)




Olivia escuchó un ruido en medio de la noche que la despertó sobresaltada. Por un momento se sintió desorientada: aquella cama tan grande, las mantas con ese olor pegajoso a naftalina y esos extraños ruidos…

Pronto recordó todo. Estaba en la habitación de la abuela y tenían un plan para atrapar al duende de las velas de cumpleaños que le había robado la fantasía. Antes de acostarse, la Abuela Luci le había explicado cómo harían para desenmascararlo y obligarle a devolverle a Olivia su fantasía:

- Tú te irás a dormir como siempre, y yo me quedaré en la habitación esperando a que llegue. Cuando intente despertarte, yo iré por detrás y le agarraré. Hay que procurar que no se apague la vela de su gorro, porque si no desaparecerá.

- ¿Y no puedo quedarme contigo despierta esperándole?

- No, tienes que estar dormida para que el duende venga, si no…¡lo mismo adivina que le hemos tendido una trampa!

- Pero ¿y si te quedas dormida tú?

- ¿Yo? Olivia, pero si las abuelas casi no necesitan dormir, se pasan horas y horas despiertas. ¿Tú me has visto alguna vez quedarme dormida?

Olivia pensó en las veces que la Abuela Luci venía a visitarlos y se sentaba a ver las noticias en el salón. De vez en cuando cerraba los ojos y cuando tratabas de despertarla, contestaba siempre de la misma manera.

- No estaba dormida, es que con los ojos cerrados oigo mejor…

Olivia no estaba segura de que aquello fuera verdad, pero ya había aprendido que era mejor no contradecir a la Abuela Luci, ¡menudo genio se gastaba cuando se enfadaba! Así que se puso el pijama y se fue a la cama tal y como habían planeado. Pero Olivia estaba nerviosa por atrapar al duende, ¿cómo iba a ser capaz de dormirse cuando estaban a punto de capturar a ese bribón? Sin embargo, no llevaba ni diez minutos en la cama, cuando sus ojos se fueron cerrando lentamente.

No sabía cuánto tiempo llevaba durmiendo cuando aquel extraño ruido la despertó. ¿Sería el duende? La niña miró a su alrededor pero no se veía nada. Todo estaba tan negro, que por un momento, Olivia dudó si tenía o no los ojos abiertos.

- ¿Abuela? – preguntó casi en un susurró – ¿Sigues ahí?

Pero nadie contestó. Olivia escuchó atentamente y pronto comprendió lo que había pasado.

- ¡Abuela! ¡Te has quedado dormida! – gritó con fuerza.

- Eh…esto… ¿yo? No, no, qué va…estaba disimulando, por si venía el duende.

- Pero Abuela, ¡¡si hasta estabas roncando!! Me has despertado y todo…

- Anda, no digas tonterías. Si yo no me duermo nunca…y menos teniendo esta importantísima misión.

- Ya, claro…

A Olivia, no le dio tiempo a decir nada más. De repente una luz suave y cálida iluminó la habitación.

- Es el duende, Abuela, ¡seguro!

- Sí, creo que sí. Todos a sus puestos. El espectáculo está a punto de empezar…

sábado, 14 de abril de 2012

miércoles, 11 de abril de 2012

A las 5 en punto...

...lo prometido es deuda, aquí está nuestro primer acercamiento al reloj.

Se nos ha dado muy bien, mañana lo complicaremos un poco más

Diminutivos

Con estos juegos podemos practicar con los diminutivos.

Escribe el diminutivo de las seiguientes palabras



En cada frase aparece un diminutivo, encuéntralo y pincha sobre él..



¡A jugar!

lunes, 9 de abril de 2012

Números perdidos

Los números de estas sumas y de estas restas se han puesto nerviosos y ahora no saben dónde iban. ¿Lo sabes tú?

sábado, 7 de abril de 2012

La fiesta de cumpleaños más extraña del mundo (capítulo 5)




Olivia escuchó asombrada el plan que la Abuela había ideado para atrapar al Duende de las velas de cumpleaños que se había llevado su fantasía.

- Si aparece siempre cuando un niño pide un deseo… entonces tenemos que celebrar un cumpleaños esta misma tarde.

-¿Pero qué cumpleaños? El mío ya pasó y el tuyo…

Olivia se calló de repente. No tenía ni idea de cuándo era el cumpleaños de su abuela. Tímidamente alzó la vista con vergüenza y antes de formular la pregunta, la Abuela le respondió con naturalidad.

- El 29 de febrero. Un día que solo llega cada cuatro años. ¿Por qué te crees que me conservo tan bien? Solo cumplo años cuando es bisiesto…

La niña miró a su Abuela intrigada. ¿Sería verdad lo que decía? La anciana hablaba siempre con aquel tono tan enigmático que era difícil saber cuando hablaba en serio y cuando en broma…

- Pero esto de las fechas da igual. Vamos a “inventar” un cumpleaños, no tiene por qué ser cierto, nos vale con que lo parezca.

Así que la Abuela Luci y Olivia comenzaron a hacer una suculenta tarta de chocolate. Cuando estuvo acabada, la Abuela comenzó a buscar velas en un mueble viejísimo, de madera oscura y algo cochambrosa que parecía a punto de convertirse en polvo. Abrió uno de los cajones y comenzó a sacar una montaña de objetos: cucharillas de plata oxidadas, sobres de azúcar, servilletas arrugadas, un bloc de notas de hojas amarillas, corchos de botellas, llaves que parecían no haber abierto jamás una puerta, calendarios antiguos con gatos en la portada, caramelos de limón, recetas recortadas de alguna revista…

- Pero Abuela… ¿cómo vas a encontrar algo aquí? ¡Menudo desastre!

- Calla niña, no me desconcentres, estoy a punto de conseguirlo.

Y al poco rato, emitió un chillido de satisfacción.

- ¡Aquí está!

Se trataba de una bolsa pequeñita donde había un grupo de velas de colores, bastante consumidas. Las sacaron de la bolsa y las contaron. Había doce. Cogieron unas cuantas y las pusieron en la tarta de chocolate y fueron al salón. De uno de los cajones de la mesa, la Abuela Luci sacó un mantel blanco con bordados amarillos. Puso platos y vasos y se dispuso a encender las velas.

- ¡Un momento! – gritó de repente Olivia – ¿Sólo vamos a ser tú y yo? Vaya birria de cumpleaños, eso no se lo va a creer nadie.

- ¿Y a quién quieres qué invitemos?

- Pues no sé… pero un cumpleaños con dos personas… ¡Menudo rollo!

- Mmmm tal vez tengas razón… déjame que piense…

La Abuela Luci salió disparada hacia la habitación. Volvió con tres marionetas de rizos repipis y estridentes colores a los que puso gorros de papel.

- Son Abe, Ceda y Rio, teníamos un espectáculo en el circo con ellos…pero eso es otra historia. ¿Son suficientes invitados o ponemos también a los gatos?

Y antes de que Olivia contestara, la Abuela Luci, agarró a Rito y Rita, que maullaron enérgicamente. De nada les sirvió sacar las uñas y tratar de aferrarse al tapizado del sofá, porque la Abuela era más fuerte y tiró de ellos hasta que consiguió sentarlos a la mesa. Eso sí, poniéndoles antes un ridículo collar de flores que les daba un aspecto de lo más cómico.

Olivia pensó que jamás había visto una fiesta de cumpleaños tan extraña. Alrededor de aquella mesa había una tarta de chocolate, siete platos, de los que solo se usarían dos, tres marionetas con gorros de papel, una abuela de lo más estrafalaria, dos gatos con collares de flores y ella, una niña sin imaginación…

- Ahora sopla las velas, Olivia.

- ¿Y pido un deseo?

- Claro, aunque como se trata de un cumpleaños falso no creo que se cumpla. Pero tenemos que conseguir que el duende venga esta noche.

- ¿Y qué pido?

- Pues que va a ser Olivia… tu fantasía…

Ante la atenta mirada de la Abuela Luci, de Rita y Rito y de los ojos sin vida de Abe, Ceda y Rio, la niña apagó de un tirón las gastadas velas de la tarta de chocolate.

- Muy bien, Olivia, ahora solo nos queda esperar a la noche. Seguro que ese malvado duende viene. Seguro que lo atrapamos. Ya verás…

viernes, 6 de abril de 2012

No hagas enfadar a la abuela Luci (capítulo 4)




Olivia y la Abuela Luci comprendieron que si querían encontrar al duende de las velas de cumpleaños debían ser discretas y no contar nada a nadie.

- Tenemos que deshacernos de tus padres – afirmó la Abuela Luci frotándose las manos pensativamente.

Convencer a Papá de que las dejara pasar el fin de semana juntas no fue sencillo. Conocía bien a su madre y sabía que era muy independiente y que nunca había prestado demasiada atención a sus nietos.

- ¿Por qué de repente este interés? Te conozco y sé que estás tramando algo.
- Hijo mío, no seas desconfiado. Simplemente me he dado cuenta de que Olivia es casi una mujercita y me apetece pasar tiempo con ella.

Con estos argumentos ambas consiguieron que finalmente Mamá y Papá aceptaran que Olivia pasara el fin de semana con la Abuela Luci.

- ¡Qué emoción! Todo el fin de semana fuera de casa– exclamó Olivia cuando estuvieron en la calle – ¿Vamos a tu casa en autobús?
- ¿En autobús? – preguntó la Abuela extrañada – Pero si tengo el coche ahí mismo…
- No sabía que conducías, Abuela. Nunca me habías enseñado tu coche.
– Nunca me lo habías pedido, querida. Mira, es ese.

Señaló con el dedo un destartalado coche verde aparcado en la acera de frente. Olivia sonrió complacida y se sentó con alegría junto a su Abuela. Dentro olía a polvo y a humedad. Era el automóvil más viejo que había visto nunca. Debía tener un millón de años y no paraba de hacer ruidos extraños, como si le costara dar cada acelerón, como si le doliera en el alma cada frenazo que la Abuela Luci, que conducía como una loca, le obligaba a dar.

- Abuela ¿crees que recuperaremos mi fantasía?
– Por supuesto, si tu Abuela Luci se propone algo no dudes que… – y antes de terminar la frase ya estaba pitando con furia a un pobre peatón que trataba de cruzar el paso de cebra.

Veinte minutos después llegaron a casa de la Abuela. Rito y Rita, sus gatos siameses se abalanzaron melosos hacia su dueña cuando esta abrió la puerta.

- Pequeños, no puedo acariciaros ahora. Olivia ha perdido su fantasía y tenemos que hacer algo para recuperarla.

Los gatos parecieron entender a su dueña y se alejaron con elegancia hacia el sofá.

- Olivia, antes de nada voy a preparar un chocolate para las dos. Para pensar es necesario comer.

Al rato, la Abuela Luci trajo dos enormes tazas con el chocolate más sabroso y espeso que Olivia había bebido nunca. Se quitó las zapatillas y se acurrucó en el sofá junto a Rito y Rita. Se encontraba tan a gusto ahí que llegó a pensar que el encuentro con el duende de las velas de cumpleaños nunca había tenido lugar.

- Ay Abuela, estoy pensando que a lo mejor no es tan grave eso de quedarme sin fantasía. Estoy muy bien sin ella, no la echo en falta.

Al escucharla, la Abuela Luci pegó tal grito que Rita y Rito huyeron asustados hasta la cocina. Su expresión se había vuelta dura y su mirada de hielo. Olivia se arrepintió al instante de haber hablado.

- ¿Qué has dicho? ¿QUÉ-NO-ES-TAN-GRAVE-QUEDARSE-SIN-FANTASÍA?
– No, no, no abuela, no quería decir eso…
– Mejor, porque como vuelva a oír que la fantasía no sirve para nada…¡me voy y te quedas sin abuela!

Los gatos, asustados ante el tono de su dueña salieron pitando hacia la cocina y Olivia quiso salir corriendo con ellos para escapar de la regañina de la Abuela.

- Lo siento. Prometo que no volveré a decirlo.
– Ni a pensarlo…
– Ni a pensarlo, Abuela, pero no me dejes sola con este lío…

El rostro de la Abuela Luci se relajó y soltó una carcajada.

- Así está mucho mejor. Ahora déjame que te cuente lo que se me ha ocurrido para volver a encontrarnos con ese duende granuja…

miércoles, 4 de abril de 2012

La abuela Luci (capítulo 3)




- ¿Pero a dónde se han ido las letras? – preguntó asustada Olivia al comprobar que todos los libros de la habitación estaban vacíos.
Sin saber muy bien qué hacer, Olivia comenzó a buscar las letras perdidas por la habitación. Abrió todos los cajones, miró en el armario y por último se agachó por el suelo y buscó debajo de la cama.

En eso estaba cuando la puerta de la habitación se abrió y apareció la abuela Luci. A Olivia la abuela Luci siempre le había parecido un poco rara. No era como el resto de las abuelas. Siempre llevaba pantalones y camisas de rayas, las uñas de las manos pintadas de rojo y el pelo blanco y muy brillante cortado a media melena. Tenía una voz muy grave y seria, que metía un poco de miedo, eso, a pesar de que, según Papá, antes de casarse había trabajado como payaso en un circo y se había recorrido toda Europa.
- ¿Se puede saber qué haces ahí?
Al escuchar el vozarrón de la abuela Luci, Olivia salió de la cama, pensando qué excusa iba a inventarse para explicarle por qué estaba bajo la cama. Pero no tuvo tiempo. En cuanto la abuela vio el rostro de Olivia dio un respingo y gritó asustada.
- Pero, ¿qué demonios te ha pasado? Estás más vieja que yo…
Olivia comprendió que al contrario que Mamá, la abuela Luci podía observarla tal y como ella se veía: envejecida. Por eso no le quedó más remedio que contarle todo lo que había pasado desde que soplara las velas de cumpleaños.
- Pero, ¿cómo has podido regalar así como así tu fantasía? Es lo más importante que tenemos. La fantasía nos hace volar, reír, disfrutar de la vida, conocer a gente increíble y lo más importante: la fantasía nos hace jóvenes.
- Entonces…¿al regalar mi fantasía me he hecho mayor? – preguntó disgustada Olivia.
- Claro que sí y encima has dejado a los libros sin letras – y llevándose las manos a la cabeza, exclamó muy enfadada – Olivia, ¿cómo has podido hacer algo tan horrible? ¿qué será de ellos ahora?
La pequeña Olivia a punto estuvo de echarse a llorar. ¡Menuda manera de estropearlo todo! Con las ganas que tenía ella de cumplir 7 años y ahora…La abuela Luci, al ver la cara de tristeza de su nieta, se compadeció de ella y la abrazó fuerte.
- No te preocupes, querida. Recuperaremos tu fantasía y devolveremos a los libros sus letras, pero antes hay que encontrar al duende de las velas de cumpleaños.
- Pero abuela, ¿de verdad crees que existe un duende que va cumpliendo los deseos de los niños? ¡vaya tontería!
- Olivia, eso lo dices porque has perdido la fantasía y las ganas de creer en lo imposible. Claro que existe el duende, si no, ¿cómo explicas tu estado o que todos tus libros se hayan quedado sin letras?
Por mucho que le costara imaginarlo, Olivia tuvo que reconocer que la abuela Luci tenía razón. Pero aquello de encontrar al duende no iba a ser tarea fácil: ¿cómo encontrar a un ser en el que apenas creía?

lunes, 2 de abril de 2012

¿Qué me ha pasado? (capítulo2)




Cuando Olivia se despertó la mañana después de su cumpleaños se sintió terriblemente cansada. Le dolía la espalda, las rodillas, el cuello y hasta las manos. Nunca le habían dolido las manos. Las miró asustadas y descubrió con terror que sus dedos estaban hinchados y la piel era arrugada y áspera como la de la abuela. Olivia se miró la punta de su melena que se había vuelto plateada y no pudo evitar gritar horrorizada.
Al escuchar aquel chillido, Mamá asomó su cabeza por la puerta.
- Olivia, ¿estás bien?
- Nooooooooooo. Soy mayor ¡Me he convertido en una vieja!
Mamá miró a la niña con sorpresa:
- ¡Qué bobadas estás diciendo, Olivia! Que has cumplido siete años, no setenta…
- Pero mírame: tengo la piel arrugada, el pelo gris, soy una abuela…
- Olivia, estás como siempre: has debido tener una pesadilla – y ante la cara incrédula de su hija, Mamá le acercó un espejo.
Mamá tenía razón. La misma Olivia de siempre seguía al otro lado del espejo, con su pelo rojizo, su ojos despiertos y su piel suave y rosada. Sin embargo, al observarse a sí misma, Olivia seguía viendo su cuerpo deformado y viejo y se sentía tan cansada como si hubiera vivido cien años. ¿Qué estaba pasando?
- ¿Ves como todo está bien, cariño? Solo ha sido un mal sueño…
Olivia recordó entonces al duende de las velas de cumpleaños. ¿Habría sido eso también un sueño o tendría que ver con su estado actual? Estuvo tentada de contárselo a Mamá pero supo que no la creería nunca. Los mayores nunca creían esas cosas. Pero ¿y ella?, ¿creía de verdad en el duende de las velas de cumpleaños?
“¡Qué bobada! Ha debido ser un sueño, como dice Mamá, y lo de las arrugas…es que todavía estoy un poco dormida…”
Pero como no estaba muy convencida, decidió hacer una pequeña comprobación cuando Mamá se hubiera ido de la habitación.
- Si es verdad lo que me dijo el duende, no debería poder leer todos estos cuentos.
Olivia cogió uno de los libros de la estantería. Se trataba de un pequeño libro de tapas rojas que tía María le había regalado las pasadas Navidades y que, por supuesto, no se había leído. Lo abrió y contempló las ilustraciones pero junto a ellas no había letras: las páginas estaban vacías. Alarmada, fue abriendo uno a uno todos los libros de la habitación.
No contenían nada. Las letras habían desaparecido
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...